jueves, 3 de diciembre de 2020

EL SOL DE LA DESCOMPOSICIÓN

 Buenas tardes.

  Os presento una de las actividades  que realizamos en ASAMBLEA relacionada con las MATEMÁTICAS

EL SOL DE LA DESCOMPOSICIÓN.

    Sin duda es un placer realizar este tipo de ejercicio en clase, porque si ya de por sí las niñas y niños de 1º están deseosos de participar en todo lo que se propone, no cabe duda de que este es un momento especial; se disparan las ganas de intervenir y se produce el efecto dominó o, como me gusta decir, comienza la reacción en cadena.

   Además estas actividades en asamblea tienen un potencial pedagógico tremendo

- Se producen situaciones en las que la retroalimentación es constante.

- Se potencia el desarrollo de la expresión oral de nuestro alumnado.

- El error se convierte en punto de partida para nuevos aprendizajes.

- Anima a que seamos cada vez más osados en nuestro planteamientos.

-  Les ayuda a intuir (en el caso de las matemáticas) las propiedades de las operaciones que se ponen en juego.

-  La autoestima crece por momentos.

- Nos ayuda (al profesorado) a descubrir el proceso que han seguido en las distintas propuestas que nos ofrecen...

...Y todo esto en media hora, ¡no está mal, no!

    En principio partimos de un número "modesto" (17), que nos podría llevar al error de anticipar operaciones limitadas y poco "complejas". Eso sólo es así al principio; las primeras descomposiciones son evidentes, buscando la seguridad, evitando el error. Pero, como todo  buen ciclista sabe, hasta un puerto de montaña de tercera puede ser testigo de una gran "batalla".

Y cuando todo transitaba de forma pausada y tranquila,  Mateo salta del pelotón :  "100 - 83"

Acaba de abrir la Caja de Pandora. 

Esto anima a los demás a arriesgar un poco más y rápidamente comienzan a proponer variaciones de la anterior operación; ya no necesitan comprobarla, simplemente cambian algo de la "operación matriz", están utilizando PATRONES, sin que nadie les haya dicho lo que son. 

La cosa se anima, cada vez la pizarra está más llena y se "pelean" por participar. "Me las quitado", dice alguno cuando otra se anticipa a su respuesta. 

Al rato doy una "vuelta de tuerca" a la situación. Aunque considero que en este tipo de actividades el maestro debe intervenir lo menos posible, planteo un nuevo reto: deben adivinar el número que debo sumar o restar a una cantidad conocida para que el resultado sea 17. Al principio son cantidades muy cercanas a 17, pero después se complica.





Y por último, "rizamos el rizo"; el dato desconocido es la cantidad inicial, sabemos qué cantidad he sumado o restado y que el resultado final sigue siendo 17. 








Cuando  empiezan a sorprenderme con sus respuestas, el tiempo se nos ha echado encima y damos por finalizada la actividad con este resultado final.













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